En esta entrada encontrarán las citas de F. Smith vinculadas a los conceptos "leer como escritor/escribir como lector" que leímos y comentamos en el primer encuentro (haciendo clic en el título del capítulo se accede al texto completo)
En este otro enlace, encontrarán el capítulo: Leer como escritor, del libro Describir el escribir (de Daniel Cassany) en el que retoma, interpreta y sintetiza el concepto de Smith.
Frank Smith
(1986):
Cap. 1 “El club de los que leen y escriben”
en De cómo la educación
apostó al caballo equivocado,Bs.
As., Aique
“El papel de los
maestros en todo esto está muy claro: deben facilitar y promover la
admisión de los niños en el club de los alfabetizados. Los niños
que vienen a la escuela siendo ya miembros del club, que se
consideran a sí mismos como personas que leen y escriben, tienen que
encontrar multiplicadas en la escuela sus oportunidades de participar
en actividades del club de los alfabetizados. Para los niños que no
han sido miembros antes de iniciar la escuela, el aula debe ser un
lugar lleno de actividades de lectura y escritura útiles y
significativas, en el que es posible una participación sin
evaluación y en el que siempre se consigue ayuda. Ningún niño debe
ser excluido (...)
La pertenencia al
club de los alfabetizados ofrece al niño idénticas ventajas que la
pertenencia al club de los hablantes o a otras asociaciones. Los
chicos ven para qué se usa el lenguaje oral, ven cuales son las
múltiples utilidades que presta a los escritores o a los lectores.
Se los admite como socios menores y nadie espera que estén
plenamente capacitados, sino que se los ayuda a escribir y a leer
toda vez que tienen un propósito propio que involucren estas
actividades. Los niños empiezan a participar en un campo siempre
creciente de actividades letradas en la medida en que tienen sentido
para ellos, y el aprendizaje continúa. ¿Por qué un chico ingresa a
un club de esas características aun antes de saber leer y escribir
por si mismo? Lo hace porque puede identificarse con esas otras
personas que se benefician con actividades alfabetizadas. La admisión
es, una vez mas, un acto de aceptación mutua. No hay exclusiones.
La pertenencia al
club de los alfabetizados ofrece ventajas muy especiales. Los niños
pueden tomar como colaboradores involuntarios a individuos que no
están físicamente presentes, y que incluso pueden estar muertos,
pueden aprender la cultura alfabética de autores que leen. En
Writing and the Writer (La escritura y el escritor. Smith, 1982), he
analizado la enorme cantidad de conocimientos que un escritor de
competencia y experiencia medianas acumula acerca de la ortografía,
la puntuación, el uso de las mayúsculas, la gramática, el estilo,
el género, el registro y otros intrincados y especializados aspectos
de la lengua escrita. La única fuente disponible para todo ese
conocimiento no es la enseñanza, sino lo que otras personas han
escrito. Los escritores, con sus palabras, nos enseñan cómo
escribir lo que nosotros querríamos escribir. Ellos son nuestros
colaboradores en nuestro propio aprendizaje de la escritura. En su
libro de 1987, Margaret Spencer, del Instituto de Educación de la
Universidad de Londres, sostiene que los autores de los cuentos
infantiles enseñan a los chicos a leer. El niño sigue un relato
familiar o previsible, quizá con ayuda del adulto, y el autor da una
muestra real de cómo se cuenta una historia por escrito. En otras
palabras, la mayor ayuda para los recién llegados al club de los
lectores y escritores puede provenir de miembros más veteranos que
nunca cesan de ser consultados e interrogados: los autores de la
página impresa.”
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